Jesus said to his disciples: “Stay awake! For you do not know on which day your Lord will come. Be sure of this: if the master of the house had known the hour of night when the thief was coming, he would have stayed awake and not let his house be broken into. So too, you also must be prepared, for at an hour you do not expect, the Son of Man will come.
“Who, then, is the faithful and prudent servant, whom the master has put in charge of his household to distribute to them their food at the proper time? Blessed is that servant whom his master on his arrival finds doing so. Amen, I say to you, he will put him in charge of all his property. But if that wicked servant says to himself, ‘My master is long delayed,’ and begins to beat his fellow servants, and eat and drink with drunkards, the servant’s master will come on an unexpected day and at an unknown hour and will punish him severely and assign him a place with the hypocrites, where there will be wailing and grinding of teeth.”
HOMILY
Stay awake! For you do not know on which day your Lord will come.
Have you noticed that the more we prosper, the more security-conscious we become? Home security systems, complete with cameras, computers and iPhone capabilities, have become quite popular in recent years. And let’s not forget the rising sale of firearms, which is at an all-time high. These days we’re much more aware of the need to keep our doors locked than we were in the past. The focus on security is a sign of the times, but it is by no means a new phenomenon, which is why Jesus, in today’s Gospel, gives us the image of a thief who breaks into an unsecured house. This was an image the people could readily understand, which is why Jesus draws attention to the element of surprise. The only way for the homeowner not to be surprised is by staying awake. This becomes the Lord’s image of his disciples who are to remain alert, first, to the presence of any danger, and second, to the Lord’s arrival, because we do not know the day or the hour when that will be. Since Jesus lives in constant awareness of us, we are called to live in constant awareness of him. But in this fast-paced, electronic world, it’s challenging to be aware and alert of the Lord all the time—there are simply too many other things that fight for our attention! But staying focused on Jesus is exactly what he asks of each of his disciples. If we’re truly honest with ourselves, it’s not impossible to stay focused and vigilant; it just takes practice and discipline. We are asked to attend to and be aware of his constant presence within us. This is what the mystics of the Church call the contemplative attitude. In our busy, hectic, and turbo-charged world, we must take time every day—and throughout the day—to unplug ourselves from the world, so that we can stay focused on Jesus. Yes, it will certainly be a huge challenge, but with practice, perseverance and love for Jesus, it can be done.
Stay awake! For you do not know on which day your Lord will come.
O Lord, help us to stay awake and vigilant!
ACT OF SPIRITUAL COMMUNION
O my Jesus,
I believe that You are present in the Most Holy Sacrament. I love You above all things, and I desire to receive You into my soul. Since I cannot at this moment receive You sacramentally, come at least spiritually into my heart. I embrace You as if You were already there, and I unite myself wholly to You. Never permit me to be separated from You. Amen.
TIEMPO ORDINARIO
JUEVES de la VEGÉSIMO PRIMER SEMANA ~ 2020
EVANGELIO
Mateo 24, 42-51
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Velen y estén preparados, porque no saben qué día va a venir su Señor. Tengan por cierto que si un padre de familia supiera a qué hora va a venir el ladrón, estaría vigilando y no dejaría que se le metiera por un boquete en su casa. También ustedes estén preparados, porque a la hora en que menos lo piensen, vendrá el Hijo del hombre.
Fíjense en un servidor fiel y prudente, a quien su amo nombró encargado de toda la servidumbre para que le proporcionara oportunamente el alimento. Dichoso ese servidor, si al regresar su amo, lo encuentra cumpliendo con su deber. Yo les aseguro que le encargará la administración de todos sus bienes.
Pero si el servidor es un malvado, y pensando que su amo tardará, se pone a golpear a sus compañeros, a comer y emborracharse, vendrá su amo el día menos pensado, a una hora imprevista, lo castigará severamente y lo hará correr la misma suerte de los hipócritas. Entonces todo será llanto y desesperación’’.
HOMILÍA
¡Velen y estén preparados, porque no saben qué día va a venir su Señor!
¿Ha notado que cuanto más prosperamos, más conscientes somos de la seguridad? Los sistemas de seguridad para el hogar, con cámaras, computadoras y capacidades de iPhone, se han vuelto bastante populares en los últimos años. Y no olvidemos el aumento de la venta de armas de fuego, que está en su punto más alto. En estos días somos mucho más conscientes de la necesidad de mantener nuestras puertas cerradas que en el pasado. El enfoque en la seguridad es un signo de los tiempos, pero de ninguna manera es un fenómeno nuevo, por eso Jesús, en el Evangelio de hoy, nos da la imagen de un ladrón que irrumpe en una casa desprotegida. Esta era una imagen que la gente podía entender fácilmente, por lo que Jesús llama la atención sobre el elemento sorpresa. La única forma de que el propietario no se sorprenda es permanecer despierto. Esto se convierte en la imagen que el Señor tiene de sus discípulos, quienes deben permanecer alerta, primero, a la presencia de cualquier peligro, y segundo, a la llegada del Señor, porque no sabemos el día ni la hora en que será. Dado que Jesús vive en constante conciencia de nosotros, estamos llamados a vivir en constante conciencia de él. Pero en este mundo electrónico vertiginoso, es un desafío estar consciente y alerta del Señor todo el tiempo; simplemente hay muchas otras cosas que luchan por llamar nuestra atención. Pero mantenerse enfocado en Jesús es exactamente lo que le pide a cada uno de sus discípulos. Si somos verdaderamente honestos con nosotros mismos, no es imposible mantener la concentración y la vigilancia; solo se necesita práctica y disciplina. Se nos pide que prestemos atención y seamos conscientes de su presencia constante dentro de nosotros. Esto es lo que los místicos de la Iglesia llaman actitud contemplativa. En nuestro mundo ajetreado, agitado y turboalimentado, debemos tomarnos un tiempo todos los días, y durante todo el día, para desconectarnos del mundo, de modo que podamos mantenernos enfocados en Jesús. Sí, ciertamente será un gran desafío, pero con práctica, perseverancia y amor por Jesús, se puede lograr.
¡Velen y estén preparados, porque no saben qué día va a venir su Señor!
¡Oh Señor, ayúdanos a mantenernos alerta y despiertos!
EL ACTO DE COMUNIÓN ESPIRITUAL
Oh Jesús mío,
Creo que estás presente en el Santísimo Sacramento. Te amo por encima de todas las cosas y deseo recibirte en mi alma. Como no puedo recibirte en este momento sacramentalmente, entra al menos espiritualmente en mi corazón. Te abrazo como si ya estuvieras allí, y me uno completamente a ti. Nunca permitas que me separe de ti. Amén.