Jesus said to his disciples: “You have heard that it was said, An eye for an eye and a tooth for a tooth. But I say to you, offer no resistance to one who is evil. When someone strikes you on your right cheek, turn the other one to him as well. If anyone wants to go to law with you over your tunic, hand him your cloak as well. Should anyone press you into service for one mile, go with him for two miles. Give to the one who asks of you, and do not turn your back on one who wants to borrow.”
HOMILY
The Lord calls us to offer no resistance to evil.
Some have interpreted Christ’s instruction to offer no resistance to evil in a purely social way. This interpretation claims that we should never fight for what is true, good, and just. But that is not what Jesus meant. Remember, he also declared, “Blessed are all who hunger and thirst for righteousness, for they will be satisfied.” Righteousness includes justice and defending the defenseless against attacks and exploitation. Righteousness includes defending the common good by working for just laws. When Jesus invites us to “offer no resistance to evil,” he is not inviting us to ignore the forces of evil and thereby enable injustice. Instead, he’s inviting us to master our self-righteous tendency to lash out at those who insult us on a personal level. He’s inviting us to leave behind the prison of resentment and anger that traps us when others have treated us unfairly. It’s so easy to become a slave to anger, isn’t it? But Jesus doesn’t want us to be a slave to anything. He wants us to learn to experience the freedom that comes from being a child of GΘD. Learning to understand and fully accept others, even when we think they don’t deserve it, can break the cycle of vengeance and build bridges of redemption, because…
The Lord calls us to offer no resistance to evil.
ACT OF SPIRITUAL COMMUNION
O my Jesus,
I believe that You are present in the Most Holy Sacrament. I love You above all things, and I desire to receive You into my soul. Since I cannot at this moment receive You sacramentally, come at least spiritually into my heart.
I embrace You as if You were already there, and I unite myself wholly to You. Never permit me to be separated from You. Amen.
TIEMPO ORDINARIO
LUNES DE LA UNDÉCIMA SEMANA ~ 2020
EVANGELIO
Mateo 5, 38-42
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Ustedes han oído que se dijo: Ojo por ojo, diente por diente; pero yo les digo que no hagan resistencia al hombre malo. Si alguno te golpea en la mejilla derecha, preséntale también la izquierda; al que te quiera demandar en juicio para quitarte la túnica, cédele también el manto. Si alguno te obliga a caminar mil pasos en su servicio, camina con él dos mil. Al que te pide, dale; y al que quiere que le prestes, no le vuelvas la espalda”.
HOMILÍA
El Señor nos llama a no ofrecer resistencia al mal.
Algunos han interpretado las instrucciones de Cristo de no ofrecer resistencia al mal de una manera puramente social. Esta interpretación afirma que nunca debemos luchar por lo que es verdadero, bueno y justo. Pero eso no es lo que Jesús quiso decir. Recuerde, él también declaró: "Bienaventurados todos los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán saciados". La justicia incluye justicia y defender a los indefensos contra los ataques y la explotación. La justicia incluye defender el bien común trabajando por leyes justas. Cuando Jesús nos invita a "no ofrecer resistencia al mal", no nos invita a ignorar las fuerzas del mal y, por lo tanto, a permitir la injusticia. En cambio, nos está invitando a dominar nuestra tendencia de justicia propia a arremeter contra aquellos que nos insultan a nivel personal. Nos está invitando a dejar atrás la prisión del resentimiento y la ira que nos atrapa cuando otros nos han tratado injustamente. Es tan fácil convertirse en esclavo de la ira, ¿no? Pero Jesús no quiere que seamos esclavos de nada. Él quiere que aprendamos a experimentar la libertad que viene de ser un hijo de Dios. Aprender a comprender y aceptar plenamente a los demás, incluso cuando pensamos que no lo merecen, puede romper el ciclo de venganza y construir puentes de redención, porque ...
El Señor nos llama a no ofrecer resistencia al mal.
EL ACTO DE COMUNIÓN ESPIRITUAL
Oh Jesús mío,
creo que estás presente en el Santísimo Sacramento. Te amo por encima de todas las cosas y deseo recibirte en mi alma. Como no puedo recibirte en este momento sacramentalmente, entra al menos espiritualmente en mi corazón. Te abrazo como si ya estuvieras allí, y me uno completamente a ti. Nunca permitas que me separe de ti. Amén.