ORDINARY TIME ~ CYCLE B-1 WEDNESDAY of the THIRTEENTH WEEK
GOSPEL Matthew 8:28-34 When Jesus came to the territory of the Gadarenes, two demoniacs who were coming from the tombs met him. They were so savage that no one could travel by that road. They cried out, “What have you to do with us, Son of GΘD? Have you come here to torment us before the appointed time?” Some distance away a herd of many swine was feeding. The demons pleaded with him, “If you drive us out, send us into the herd of swine.” And he said to them, “Go then!” They came out and entered the swine, and the whole herd rushed down the steep bank into the sea where they drowned. The swineherds ran away, and when they came to the town they reported everything, including what had happened to the demoniacs. Thereupon the whole town came out to meet Jesus, and when they saw him they begged him to leave their district.
HOMILY
Jesus, the Son of GΘD, has absolute power over all demonic forces, and his word is the final word.
In today’s gospel we are given a glimpse into just how much power Jesus truly has over the devil and all his demons. Specifically, we see that he has the power to command the demons to obey his will. The forces of evil are linked to three things in this gospel passage: First, the cemetery, or the abode of the dead; second, the heard of swine that represents all that is unclean; and third, the sea, which the Jews considered to be the place of chaos before creation. In first-century Palestine, the words “devil” and “Satan” were used to describe the power of evil whose main objective is to tempt us to walk away from the right path. This concept is powerfully illustrated in Caesarea Philippi when Peter tries to divert Jesus from his mission, causing Jesus to rebuke him by saying, “Get behind me, Satan. You are thinking not as GΘD does…” (Mark 8:33). In the second half of the first century, when Matthew wrote his gospel, the fear of demons was on the rise, due mainly because of the many mystery religions that had been imported from the East, and that were teaching their followers how to worship spirits. But these false religions, instead of liberating the people, were enslaving them in fear, darkness, and chaos. One of the great gifts of the Good News is that it helps liberate us from these demonic forces. The coming of the Kingdom of GΘD means the arrival of a stronger power. For this reason all four of the Gospels proclaim the absolute victory of Jesus over the power of evil, over the demons, over Satan, over sin, and over death itself. Today, who among us can say, “I am completely free from all evil and the forces of darkness”? The answer, of course, is “No one!” So, if we are not totally free, that means that there is some part of us which is influenced by other, darker, powers. How can these forces be cast out? The message in today’s gospel gives us the answer…
Jesus, the Son of GΘD, has absolute power over all demonic forces, and his word is the final word.
TIEMPO ORDINARIO ~ CICLO B-1 MIÉRCOLES de la DÉCIMA TERCERA SAMANA
EVANGELIO Mateo 8, 28-34 En aquel tiempo, cuando Jesús desembarcó en la otra orilla del lago, en tierra de los gadarenos, dos endemoniados salieron de entre los sepulcros y fueron a su encuentro. Eran tan feroces, que nadie se atrevía a pasar por aquel camino. Los endemoniados le gritaron a Jesús: “¿Qué quieres de nosotros, Hijo de DIΘS? ¿Acaso has venido hasta aquí para atormentarnos antes del tiempo señalado?” No lejos de ahí había una numerosa piara de cerdos que estaban comiendo. Los demonios le suplicaron a Jesús: “Si vienes a echarnos fuera, mándanos entrar en esos cerdos”. El les respondió: “Está bien”. Entonces los demonios salieron de los hombres, se metieron en los cerdos y toda la piara se precipitó en el lago por un despeñadero y los cerdos se ahogaron. Los que cuidaban los cerdos huyeron hacia la ciudad a dar parte de todos aquellos acontecimientos y de lo sucedido a los endemoniados. Entonces salió toda la gente de la ciudad al encuentro de Jesús, y al verlo, le suplicaron que se fuera de su territorio.
HOMILÍA
Jesús, el Hijo de DIΘS, tiene poder absoluto sobre todas las fuerzas demoníacas, y su palabra es la última palabra.
En el evangelio de hoy se nos da una idea de cuánto poder realmente tiene Jesús sobre el diablo y todos sus demonios. Específicamente, vemos que tiene el poder de ordenar a los demonios que obedezcan su voluntad. Las fuerzas del mal están vinculadas a tres cosas en este pasaje del evangelio: Primero, el cementerio o la morada de los muertos; segundo, el oído de los cerdos que representa todo lo que es inmundo; y tercero, el mar, que los judíos consideraban el lugar del caos antes de la creación. En la Palestina del primer siglo, las palabras “diablo” y “Satanás” se usaron para describir el poder del mal cuyo principal objetivo es tentarnos a alejarnos del camino correcto. Este concepto se ilustra poderosamente en Cesarea de Filipo cuando Pedro trata de desviar a Jesús de su misión, haciendo que Jesús lo reprenda diciendo: “Apártate de mí, Satanás. No piensas como DIΘS…” (Marcos 8, 33). En la segunda mitad del siglo I, cuando Mateo escribió su evangelio, el miedo a los demonios fue en aumento, debido principalmente a las muchas religiones misteriosas que habían sido importadas de Oriente, y que estaban enseñando a sus seguidores cómo adorar a los espíritus. . Pero estas religiones falsas, en lugar de liberar a la gente, la esclavizaban en el miedo, la oscuridad y el caos. Uno de los grandes regalos de la Buena Nueva es que nos ayuda a liberarnos de estas fuerzas demoníacas. La llegada del Reino de DIΘS significa la llegada de un poder más fuerte. Por esta razón, los cuatro evangelios proclaman la victoria absoluta de Jesús sobre el poder del mal, sobre los demonios, sobre Satanás, sobre el pecado y sobre la muerte misma. Hoy, ¿quién de nosotros puede decir: “Estoy completamente libre de todo mal y de las fuerzas de las tinieblas”? La respuesta, por supuesto, es “¡Nadie!” Entonces, si no somos totalmente libres, eso significa que hay una parte de nosotros que está influenciada por otros poderes más oscuros. ¿Cómo se pueden expulsar estas fuerzas? El mensaje del evangelio de hoy nos da la respuesta ...
Jesús, el Hijo de DIΘS, tiene poder absoluto sobre todas las fuerzas demoníacas, y su palabra es la última palabra.