ORDINARY TIME ~ CYCLE B-1 THURSDAY of the NINTH WEEK
GOSPEL Mark 12:28-34 One of the scribes came to Jesus and asked him, “Which is the first of all the commandments?” Jesus replied, “The first is this: Hear, O Israel! The Lord our GΘD is Lord alone! You shall love the Lord your GΘD with all your heart, with all your soul, with all your mind, and with all your strength. The second is this: You shall love your neighbor as yourself. There is no other commandment greater than these.” The scribe said to him, “Well said, teacher. You are right in saying, he is One and there is no other than he. And to love him with all your heart, with all your understanding, with all your strength, and to love your neighbor as yourself is worth more than all burnt offerings and sacrifices.” And when Jesus saw that he answered with understanding, he said to him, “You are not far from the Kingdom of GΘD.” And no one dared to ask him any more questions.
HOMILY
Our love for GΘD will only become evident when we show our love toward everyone.
The question asked by the scribe in today’s gospel is quite similar to the one that was asked by the rich young man: “Teacher, what good must I do to gain eternal life?” (Matthew 19:16). Saint John Paul II, in his Encyclical, Veritatis splendor writes, “For the young man, the question is not so much about rules to be followed, but about the full meaning of life.” Both the rich young man and this scribe wanted to know what is most important in life: “What gives my life purpose?” No one can really avoid this fundamental question, because even the most superficial approach to life, seeking only immediate gratification, is itself an implicit answer to this question. However, to ask this question seriously and sincerely is an important step toward maturity and, ultimately, toward finding GΘD. Jesus answers the scribe’s question by quoting the Shema Israel: “Hear, O Israel! The Lord is our GΘD, the Lord alone! Therefore, you shall love the Lord, your GΘD, with your whole heart, and with your whole being, and with your whole strength” (Deuteronomy 6:4-5). The scribe, of course, knew this passage well, and it was almost as if Jesus was acting like a coach who reminds his star player to “stick to basics.” The interesting interpretation that Jesus will teach us, however, is that to love GΘD with all our heart, and all our being and with all our strength will become evident only when we show our love toward everyone. Saint John the Evangelist puts it even better: “Beloved, if GΘD so loved us, we also must love one another…if we love one another, GΘD remains in us, and his love is brought to perfection in us” (1 John 4:11-12). This is pretty straightforward and unambiguous, right? So let’s be like star athletes and just “stick to the basics.”
Our love for GΘD will only become evident when we show our love toward everyone.
TIEMPO ORDINARIO ~ CICLO B-1 JUEVES de la NOVENA SAMANA
EVANGELIO Marcos 12, 28-34 En aquel tiempo, uno de los escribas se acercó a Jesús y le preguntó: “¿Cuál es el primero de todos los mandamientos?” Jesús le respondió: “El primero es: Escucha, Israel: El Señor, nuestro DIΘS, es el único Señor; amarás al Señor, tu DIΘS, con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas. El segundo es éste: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. No hay ningún mandamiento mayor que éstos”. El escriba replicó: “Muy bien, Maestro. Tienes razón, cuando dices que el Señor es único y que no hay otro fuera de él, y amarlo con todo el corazón, con toda el alma, con todas las fuerzas, y amar al prójimo como a uno mismo, vale más que todos los holocaustos y sacrificios”. Jesús, viendo que había hablado muy sensatamente, le dijo: “No estás lejos del Reino de DIΘS”. Y ya nadie se atrevió a hacerle más preguntas.
HOMILÍA
Nuestro amor por DIΘS solo se hará evidente cuando demostremos nuestro amor hacia todos.
La pregunta que hizo el escriba en el evangelio de hoy es bastante similar a la que hizo el joven rico: “Maestro, ¿qué debo hacer de bueno para obtener la vida eterna?” (Mateo 19, 16). San Juan Pablo II, en su Encíclica, Veritatis splendor escribe: “Para el joven, la cuestión no es tanto sobre las reglas a seguir, sino sobre el sentido pleno de la vida”. Tanto el joven rico como este escriba querían saber qué es lo más importante en la vida: “¿Qué le da un propósito a mi vida?” Nadie puede realmente evitar esta pregunta fundamental, porque incluso el enfoque más superficial de la vida, que busca sólo la gratificación inmediata, es en sí mismo una respuesta implícita a esta pregunta. Sin embargo, hacer esta pregunta con seriedad y sinceridad es un paso importante hacia la madurez y, en última instancia, hacia la búsqueda de DIΘS. Jesús responde a la pregunta del escriba citando el Shemá Israel: “¡Oye, Israel! ¡El Señor es nuestro DIΘS, solo el Señor! Por tanto, amarás al Señor, tu DIΘS, con todo tu corazón, y con todo tu ser, y con todas tus fuerzas “(Deuteronomio 6, 4-5). El escriba, por supuesto, conocía bien este pasaje, y era casi como si Jesús estuviera actuando como un entrenador que le recuerda a su jugador estrella que “quédate con lo esencial”. La interesante interpretación que Jesús nos enseñará, sin embargo, es que amar a DIΘS con todo nuestro corazón, y con todo nuestro ser y con todas nuestras fuerzas, se hará evidente solo cuando demostremos nuestro amor hacia todos. San Juan Evangelista lo expresa aún mejor: “Amaos, si DIΘS nos amó tanto, también nosotros debemos amarnos unos a otros… si nos amamos, DIΘS permanece en nosotros y su amor se perfecciona en nosotros” (1 Juan 4, 11-12). Esto es bastante sencillo e inequívoco, ¿verdad? Así que seamos como atletas estrella y simplemente “quédate con lo esencial”.
Nuestro amor por DIΘS solo se hará evidente cuando demostremos nuestro amor hacia todos.