ORDINARY TIME ~ CYCLE B-1 MONDAY of the TENTH WEEK
GOSPEL Matthew 5:1-12 When Jesus saw the crowds, he went up the mountain, and after he had sat down, his disciples came to him. He began to teach them, saying:
“Blessed are the poor in spirit, for theirs is the Kingdom of heaven. Blessed are they who mourn, for they will be comforted. Blessed are the meek, for they will inherit the land. Blessed are they who hunger and thirst for righteousness, for they will be satisfied. Blessed are the merciful, for they will be shown mercy. Blessed are the clean of heart, for they will see GΘD. Blessed are the peacemakers, for they will be called children of GΘD. Blessed are they who are persecuted for the sake of righteousness, for theirs is the Kingdom of heaven. Blessed are you when they insult you and persecute you and utter every kind of evil against you falsely because of me. Rejoice and be glad, for your reward will be great in heaven. Thus they persecuted the prophets who were before you.”
HOMILY
Jesus reminds us, “I have come that they might have life, and have it more abundantly!”
Today we begin our annual review of the Lord’s Sermon on the Mount, which Matthew offers us in chapters five through seven of his gospel. Living in a fallen world, and burdened with our own fallen human nature, it’s good for us to be reminded of what’s essential for living a victorious Christian life. The very first word Jesus utters in his sermon is “blessed”. This word is translated from the Greek makarios, and refers to the state of being fully prosperous in every area of one’s life. In other words, this blessedness is the kind of happiness and joy that comes from living our life to the fullest, and having all that we need to feel fully alive. As I mentioned, “blessed” is the first word Jesus utters as he begins his message about living the victorious Christian life, which clearly shows that his desire for every one of his followers is for them to live life to the fullest, to discover the path of meaning and fulfillment that we all yearn for. Human history is littered with countless philosophies and religions that have tried unsuccessfully to find the secret to be in a state of makarios, or blessedness. By beginning his Sermon on the Mount with the world “blessed,” and then by repeating it nine times, Jesus opens his own heart to us and says, “I have come that they might have life, and have it more abundantly!” (John 10:10). That’s what Jesus wants for us, and that’s what he taught us by the perfect way he lived and died. By faith I urge you to accept this gift of blessedness that Jesus offers you today.
Jesus reminds us, “I have come that they might have life, and have it more abundantly!”
TIEMPO ORDINARIO ~ CICLO B-1 LUNES de la DÉCIMA SAMANA
EVANGELIO Matthew 5, 1-12 En aquel tiempo, cuando Jesús vio a la muchedumbre, subió al monte y se sentó. Entonces se le acercaron sus discípulos. Enseguida comenzó a enseñarles, habándoles así:
“Dichosos los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los cielos. Dichosos los que lloran, porque serán consolados. Dichosos los sufridos, porque heredarán la tierra. Dichosos los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán saciados. Dichosos los misericordiosos, porque obtendrán misericordia. Dichosos los limpios de corazón, porque verán a DIΘS. Dichosos los que trabajan por la paz, porque se les llamará hijos de DIΘS. Dichosos los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los cielos. Dichosos serán ustedes cuando los injurien, los persigan y digan cosas falsas de ustedes por causa mía. Alégrense y salten de contento, porque su premio será grande en los cielos, puesto que de la misma manera persiguieron a los profetas que vivieron antes que ustedes”.
HOMILÍA
Jesús nos recuerda: “¡Yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia!”
Hoy comenzamos nuestra revisión anual del Sermón del Monte del Señor, que Mateo nos ofrece en los capítulos cinco al siete de su evangelio. Viviendo en un mundo caído y agobiados por nuestra propia naturaleza humana caída, es bueno para nosotros recordar lo que es esencial para vivir una vida cristiana victoriosa. La primera palabra que Jesús pronuncia en su sermón es “bendito”. Esta palabra se traduce del griego makarios y se refiere al estado de ser plenamente próspero en cada área de la vida. En otras palabras, esta bienaventuranza es el tipo de felicidad y gozo que proviene de vivir nuestra vida al máximo y tener todo lo que necesitamos para sentirnos plenamente vivos. Como mencioné, “bendito” es la primera palabra que Jesús pronuncia al comenzar su mensaje sobre vivir la vida cristiana victoriosa, que muestra claramente que su deseo para cada uno de sus seguidores es que vivan la vida al máximo, que descubran el camino de significado y plenitud que todos anhelamos. La historia humana está plagada de innumerables filosofías y religiones que han intentado sin éxito encontrar el secreto para estar en un estado de makarios o bienaventuranza. Al comenzar su Sermón del Monte con el mundo “bendecido”, y luego, al repetirlo nueve veces, nos abre su propio corazón y dice: “¡Yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia!” (Juan 10:10). Eso es lo que Jesús quiere para nosotros, y eso es lo que nos enseñó con la manera perfecta en que vivió y murió. Por la fe les insto a aceptar este regalo de bienaventuranza que Jesús les ofrece hoy.
Jesús nos recuerda: “¡Yo he venido para que tengan vida y la tengan en abundancia!”