Jesus said to his disciples: “I am the true vine, and my Father is the vine grower. He takes away every branch in me that does not bear fruit, and everyone that does he prunes so that it bears more fruit. You are already pruned because of the word that I spoke to you. Remain in me, as I remain in you. Just as a branch cannot bear fruit on its own unless it remains on the vine, so neither can you unless you remain in me. I am the vine, you are the branches. Whoever remains in me and I in him will bear much fruit, because without me you can do nothing. Anyone who does not remain in me will be thrown out like a branch and wither; people will gather them and throw them into a fire and they will be burned. If you remain in me and my words remain in you, ask for whatever you want and it will be done for you. By this is my Father glorified, that you bear much fruit and become my disciples.”
HOMILY
My Father is glorified when you bear fruit and become my disciples.
Those of you who cultivate roses know that they need to be pruned if you’re going the get the best out of them. What’s true of roses is also true of most plants: pruning brings on new life. Jesus refers to that procedure of pruning in today’s Gospel. He shows us that in various ways GΘD prunes our lives to make them even more fruitful than they presently are. There are some things we may need to get rid of if we are to become all that GΘD is calling us to be. Some experiences of letting go, though painful at the time, can help us to grow in our relationship with GΘD and with others. In the words of the gospel, he makes his home in us, he remains in us. We don’t have to face that experience of being pruned on our own, or in the strength of our own resources alone. The Lord who makes his home in us will sustain us in those times, and will lead us through the painful experience of pruning into a new and more fruitful life. However, for that to happen we need to remain in him as he remains in us; we need to keep in communion with him, as he is in communion with us. Allow GΘD, in his love, to prune your life today.
ACT OF SPIRITUAL COMMUNION
O my Jesus,
I believe that You are present in the Most Holy Sacrament.
I love You above all things, and I desire to receive You into my soul.
Since I cannot at this moment receive You sacramentally,
come at least spiritually into my heart.
I embrace You as if You were already there,
and I unite myself wholly to You.
Never permit me to be separated from You.
Amen.
ESPAÑOL
EVANGELIO
Juan 15, 1-8
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Yo soy la verdadera vid y mi Padre es el viñador. Al sarmiento que no da fruto en mí, él lo arranca, y al que da fruto lo poda para que dé más fruto. Ustedes ya están purificados por las palabras que les he dicho. Permanezcan en mí y yo en ustedes. Como el sarmiento no puede dar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco ustedes, si no permanecen en mí. Yo soy la vid, ustedes los sarmientos; el que permanece en mí y yo en él, ése da fruto abundante, porque sin mí nada pueden hacer. Al que no permanece en mí se le echa fuera, como al sarmiento, y se seca; luego lo recogen, lo arrojan al fuego y arde. Si permanecen en mí y mis palabras permanecen en ustedes, pidan lo que quieran y se les concederá. La gloria de mi Padre consiste en que den mucho fruto y se manifiesten así como discípulos míos’’.
HOMILÍA
Mi Padre es glorificado cuando das fruto y te conviertes en mis discípulos. Aquellos de ustedes que cultivan rosas saben que necesitan ser podadas para obtener lo mejor de ellas. Lo que es cierto para las rosas también es cierto para la mayoría de las plantas: la poda trae nueva vida. Jesús se refiere a ese procedimiento de poda en el Evangelio de hoy. Nos muestra que, de varias maneras, DIΘS poda nuestras vidas para hacerlas aún más fructíferas de lo que son actualmente. Hay algunas cosas de las que debemos deshacernos si queremos convertirnos en todo lo que DIΘS nos está llamando a ser. Algunas experiencias de dejar ir, aunque dolorosas en ese momento, pueden ayudarnos a crecer en nuestra relación con DIΘS y con los demás. En las palabras del evangelio, él hace su hogar en nosotros, él permanece en nosotros. No tenemos que enfrentar esa experiencia de ser podados por nuestra cuenta o solo con nuestros propios recursos. El Señor que hace su hogar en nosotros nos sostendrá en esos tiempos y nos guiará a través de la dolorosa experiencia de podar hacia una vida nueva y más fructífera. Sin embargo, para que eso suceda, debemos permanecer en él como él permanece en nosotros; necesitamos mantenernos en comunión con él, como él está en comunión con nosotros. Permita que DIΘS, en su amor, pode su vida hoy.
EL ACTO DE COMUNIÓN ESPIRITUAL
Oh Jesús mío,
creo que estás presente en el Santísimo Sacramento.
Te amo por encima de todas las cosas y deseo recibirte en mi alma.
Como no puedo recibirte en este momento sacramentalmente,
entra al menos espiritualmente en mi corazón.
Te abrazo como si ya estuvieras allí,
y me uno completamente a ti.
Nunca permitas que me separe de ti.
Amén.