Jesus said to Nicodemus: “‘You must be born from above.’ The wind blows where it wills, and you can hear the sound it makes, but you do not know where it comes from or where it goes; so it is with everyone who is born of the Spirit.” Nicodemus answered and said to him, ‘How can this happen?” Jesus answered and said to him, “You are the teacher of Israel and you do not understand this? Amen, amen, I say to you, we speak of what we know and we testify to what we have seen, but you people do not accept our testimony. If I tell you about earthly things and you do not believe, how will you believe if I tell you about heavenly things? No one has gone up to heaven except the one who has come down from heaven, the Son of Man. And just as Moses lifted up the serpent in the desert, so must the Son of Man be lifted up, so that everyone who believes in him may have eternal life.”
HOMILY
If I tell you about earthly things and you do not believe, how will you believe if I tell you about heavenly things?
Nicodemus was one of the leading teachers in Israel and was well versed in the rules and traditions of his faith—but still there was a big gap in his knowledge. Specifically, he didn’t know anything about the Holy Spirit or the new relationship that we receive by being born of “water and the spirit.” We can’t blame him, though, since Jesus had not yet revealed this great mystery. But it does go to show us just how fundamental spiritual knowledge is in order for us to be credible spiritual leaders.
We can become so enmeshed in the things of daily life that we don’t give much thought to the spiritual world, which is infinitely greater. Through our baptism, we have been marked out for heavenly things. We bear in our soul the indelible mark that proclaims to the universe that we are children of GΘD. Every time we take a spiritual breath and focus on the things of heaven, we renew once again our birth in the Spirit, a birth by which the Lord has claimed us for his very own.
Jesus also speaks in this gospel about giving testimony. He wants us to be his witnesses. He wants us to continue to proclaim to the world the reality of the heavenly things that he revealed. And the greatest possible testimony that we can give to the world is found in the joy we have from being children of GΘD. So before you give in to anger, or gossip, or any of other form of destructive behavior, ask yourself, “Is this the testimony that GΘD wants me to give to the world?”
ACT OF SPIRITUAL COMMUNION
O my Jesus,
I believe that You are present in the Most Holy Sacrament.
I love You above all things, and I desire to receive You into my soul.
Since I cannot at this moment receive You sacramentally,
come at least spiritually into my heart.
I embrace You as if You were already there,
and I unite myself wholly to You.
Never permit me to be separated from You.
Amen.
ESPAÑOL
EVANGELIO
Juan 3, 7b-15
En aquel tiempo, Jesús dijo a Nicodemo: “No te extrañes de que te haya dicho: ‘Tienen que renacer de lo alto’. El viento sopla donde quiere y oyes su ruido, pero no sabes de dónde viene ni a dónde va. Así pasa con quien ha nacido del Espíritu”. Nicodemo le preguntó entonces: “¿Cómo puede ser esto?” Jesús le respondió: “Tú eres maestro de Israel, ¿y no sabes esto? Yo te aseguro que nosotros hablamos de lo que sabemos y damos testimonio de lo que hemos visto, pero ustedes no aceptan nuestro testimonio. Si no creen cuando les hablo de las cosas de la tierra, ¿cómo creerán si les hablo de las celestiales? Nadie ha subido al cielo sino el Hijo del hombre, que bajó del cielo y está en el cielo. Así como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así tiene que ser levantado el Hijo del hombre, para que todo el que crea en él tenga vida eterna”.
HOMILÍA
Si te cuento cosas terrenales y no crees, ¿Cómo vas a creer si te cuento cosas celestiales?
Nicodemo fue uno de los principales maestros en Israel y estaba bien versado en las reglas y tradiciones de su fe, pero aún había una gran brecha en su conocimiento. Específicamente, él no sabía nada sobre el Espíritu Santo o la nueva relación que recibimos al nacer del "agua y el espíritu". Sin embargo, no podemos culparlo, ya que Jesús aún no había revelado este gran misterio. Pero sí nos muestra cuán fundamental es el conocimiento espiritual para que seamos líderes espirituales creíbles. Podemos enredarnos tanto en las cosas de la vida diaria que no pensamos mucho en el mundo espiritual, que es infinitamente mayor. A través de nuestro bautismo, hemos sido señalados para las cosas celestiales. Llevamos en nuestra alma la marca indeleble que proclama al universo que somos hijos de DIΘS. Cada vez que respiramos espiritualmente y nos enfocamos en las cosas del cielo, renovamos una vez más nuestro nacimiento en el Espíritu, un nacimiento por el cual el Señor nos ha reclamado para sí. Jesús también habla en este evangelio acerca de dar testimonio. Quiere que seamos sus testigos. Él quiere que continuemos proclamando al mundo la realidad de las cosas celestiales que él reveló. Y el mayor testimonio posible que podemos dar al mundo se encuentra en la alegría que tenemos de ser hijos de DIΘS. Entonces, antes de ceder ante la ira, el chisme o cualquier otra forma de comportamiento destructivo, pregúntese: "¿Es este el testimonio que DIΘS quiere que le dé al mundo?"
EL ACTO DE COMUNIÓN ESPIRITUAL
Oh Jesús mío,
creo que estás presente en el Santísimo Sacramento.
Te amo por encima de todas las cosas y deseo recibirte en mi alma.
Como no puedo recibirte en este momento sacramentalmente,
entra al menos espiritualmente en mi corazón.
Te abrazo como si ya estuvieras allí,
y me uno completamente a ti.
Nunca permitas que me separe de ti.
Amén.