Jesus said to the crowds: “No one can come to me unless the Father who sent me draw him, and I will raise him on the last day. It is written in the prophets:
They shall all be taught by GΘD.
Everyone who listens to my Father and learns from him comes to me. Not that anyone has seen the Father except the one who is from GΘD; he has seen the Father. Amen, amen, I say to you, whoever believes has eternal life. I am the bread of life. Your ancestors ate the manna in the desert, but they died; this is the bread that comes down from heaven so that one may eat it and not die. I am the living bread that came down from heaven; whoever eats this bread will live forever; and the bread that I will give is my Flesh for the life of the world.”
HOMILY
The bread that I will give is my Flesh for the life of the world.
In the first reading from Acts, we see that the court official from Ethiopia is returning home from his pilgrimage and is reading the Scriptures along the way. He’s very moved by a certain passage in Isaiah, and this leads him to ask questions which later leads to his receiving baptism into the Church by the ministry of Philip. Then in the Gospel today Jesus speaks of the bread that he will give for the life of the world—a clear reference to the Eucharist. We have the elements of word, baptism and Eucharist in our two readings today. Each one of them is part of what it means to be a follower of Jesus. In our own lives, the sequence is usually: baptism, word, Eucharist. We were first baptized into the Church and were made members of GΘD’s family. Next, we were introduced to Jesus through the Scriptures. Finally, after all of the preparations had been made, we received Jesus in the Most Holy Eucharist. The connection between Word and Eucharist remains very close in our Catholic faith. At every Mass we first have the Liturgy of the Word followed by the Liturgy of the Eucharist. The Word nourishes our faith, and it is out of that nourished faith that we come to the Eucharist. The bread of the Word prepares us for the bread of the Eucharist. May we always have a deep and abiding love for the word proclaimed and for the word made flesh in the Most Holy Eucharist, which is his Flesh given for the life of the world.
ACT OF SPIRITUAL COMMUNION
O my Jesus,
I believe that You are present in the Most Holy Sacrament.
I love You above all things, and I desire to receive You into my soul.
Since I cannot at this moment receive You sacramentally,
come at least spiritually into my heart.
I embrace You as if You were already there,
and I unite myself wholly to You.
Never permit me to be separated from You.
Amen.
ESPAÑOL
EVANGELIO
Juan 6, 44-51
En aquel tiempo, Jesús dijo a los judíos: “Nadie puede venir a mí, si no lo atrae el Padre, que me ha enviado; y a ése yo lo resucitaré el último día. Está escrito en los profetas:
Todos serán discípulos de Dios.
Todo aquel que escucha al Padre y aprende de él, se acerca a mí. No es que alguien haya visto al Padre, fuera de aquel que procede de Dios. Ese sí ha visto al Padre. Yo les aseguro: el que cree en mí, tiene vida eterna. Yo soy el pan de la vida. Sus padres comieron el maná en el desierto y sin embargo, murieron. Éste es el pan que ha bajado del cielo para que, quien lo coma, no muera. Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo; el que coma de este pan vivirá para siempre, y el pan que yo les voy a dar es mi carne para que el mundo tenga vida”.
HOMILÍA
El pan que daré es mi carne para la vida del mundo.
En la primera lectura de Hechos, vemos que el funcionario de la corte de Etiopía está regresando a casa de su peregrinación y está leyendo las Escrituras en el camino. Él está muy conmovido por cierto pasaje en Isaías, y esto lo lleva a hacer preguntas que luego lo llevan a recibir el bautismo en la Iglesia por el ministerio de Felipe. Luego, en el Evangelio de hoy, Jesús habla del pan que dará para la vida del mundo, una referencia clara a la Eucaristía. Tenemos los elementos de la palabra, el bautismo y la Eucaristía en nuestras dos lecturas de hoy. Cada uno de ellos es parte de lo que significa ser un seguidor de Jesús. En nuestras propias vidas, la secuencia suele ser: bautismo, palabra, Eucaristía. Primero fuimos bautizados en la Iglesia y nos hicimos miembros de la familia de GΘD. Luego, nos presentaron a Jesús a través de las Escrituras. Finalmente, después de haber hecho todos los preparativos, recibimos a Jesús en la Santísima Eucaristía. La conexión entre la Palabra y la Eucaristía permanece muy estrecha en nuestra fe católica. En cada Misa primero tenemos la Liturgia de la Palabra seguida de la Liturgia de la Eucaristía. La Palabra alimenta nuestra fe, y de esa fe nutrida llegamos a la Eucaristía. El pan de la Palabra nos prepara para el pan de la Eucaristía. Que siempre tengamos un amor profundo y permanente por la palabra proclamada y por la palabra hecha carne en la Santísima Eucaristía, que es su carne dada para la vida del mundo.
EL ACTO DE COMUNIÓN ESPIRITUAL
Oh Jesús mío,
creo que estás presente en el Santísimo Sacramento.
Te amo por encima de todas las cosas y deseo recibirte en mi alma.
Como no puedo recibirte en este momento sacramentalmente,
entra al menos espiritualmente en mi corazón.
Te abrazo como si ya estuvieras allí,
y me uno completamente a ti.
Nunca permitas que me separe de ti.
Amén.