[After Jesus had fed the five thousand men, his disciples saw him walking on the sea.] The next day, the crowd that remained across the sea saw that there had been only one boat there, and that Jesus had not gone along with his disciples in the boat, but only his disciples had left. Other boats came from Tiberias near the place where they had eaten the bread when the Lord gave thanks. When the crowd saw that neither Jesus nor his disciples were there, they themselves got into boats and came to Capernaum looking for Jesus. And when they found him across the sea they said to him, “Rabbi, when did you get here?” Jesus answered them and said, “Amen, amen, I say to you, you are looking for me not because you saw signs but because you ate the loaves and were filled. Do not work for food that perishes but for the food that endures for eternal life, which the Son of Man will give you. For on him the Father, GΘD, has set his seal.” So they said to him, “What can we do to accomplish the works of GΘD?” Jesus answered and said to them, “This is the work of GΘD, that you believe in the one he sent.”
HOMILY
This is the work of GΘD, that you believe in the one he sent.
When Jesus fed the hungry multitude near the Sea of Galilee, the people were focused only on the physical food that filled their stomachs. They didn’t ask about the food for the spirit, or about the goodness of GΘD who cares for them. They didn’t inquire about sharing things with others. In short, they didn’t really listen to what Jesus was saying; they just wanted their stomachs to be full again. Eventually, in his Gospel, John is going to link the multiplication of bread and fish with the Eucharist, showing us that it is truly the Lord’s very own Body and Blood that gives us perfect nourishment and life.
Jesus distinguishes bread that quickly grows stale from the food that he offers us. He has fed the people with bread and fish, since their physical hunger must be satisfied; but as they continued looking for still more to eat, he invites them to think of spiritual food that will satisfy their deeper desires. He came not just to feed people, but to give them the food of GΘD’s own presence. He reminds us that, while we need material things (because we are, in part, material beings), our searching must go deeper. There is more to life than satisfying our physical needs. We have a deeper, spiritual hunger that must be satisfied if we are to live our lives to the fullest and be at one with GΘD and one with ourselves and others.
Jesus himself is the one who offers us the food of eternal life. He alone can satisfy the deepest hunger of our hearts. Our seeking must ultimately be directed toward him. Jesus tells us today, “This is the work of GΘD, that you believe in the one he sent.” When we believe this, our hunger is fully satisfied.
ACT OF SPIRITUAL COMMUNION
O my Jesus,
I believe that You are present in the Most Holy Sacrament.
I love You above all things, and I desire to receive You into my soul.
Since I cannot at this moment receive You sacramentally,
come at least spiritually into my heart.
I embrace You as if You were already there,
and I unite myself wholly to You.
Never permit me to be separated from You.
Amen.
ESPAÑOL
EVANGELIO
Juan 6, 22-29
Después de la multiplicación de los panes, cuando Jesús dio de comer a cinco mil hombres, sus discípulos lo vieron caminando sobre el lago. Al día siguiente, la multitud, que estaba en la otra orilla del lago, se dio cuenta de que allí no había más que una sola barca y de que Jesús no se había embarcado con sus discípulos, sino que éstos habían partido solos. En eso llegaron otras barcas desde Tiberíades al lugar donde la multitud había comido el pan. Cuando la gente vio que ni Jesús ni sus discípulos estaban allí, se embarcaron y fueron a Cafarnaúm para buscar a Jesús. Al encontrarlo en la otra orilla del lago, le preguntaron: “Maestro, ¿cuándo llegaste acá?” Jesús les contestó: “Yo les aseguro que ustedes no me andan buscando por haber visto signos, sino por haber comido de aquellos panes hasta saciarse. No trabajen por ese alimento que se acaba, sino por el alimento que dura para la vida eterna y que les dará el Hijo del hombre; porque a éste, el Padre DIΘS lo ha marcado con su sello”. Ellos le dijeron: “¿Qué necesitamos para llevar a cabo las obras de DIΘS?” Respondió Jesús: “La obra de DIΘS consiste en que crean en aquel a quien él ha enviado”.
HOMILÍA
La obra de DIΘS consiste en que crean en aquel a quien él ha enviado.
Cuando Jesús alimentó a la multitud hambrienta cerca del mar de Galilea, la gente se concentró solo en la comida física que llenaba sus estómagos. No preguntaron sobre la comida para el espíritu, o sobre la bondad de DIΘS que se preocupa por ellos. No preguntaron sobre compartir cosas con otros. En resumen, realmente no escucharon lo que Jesús estaba diciendo; solo querían que sus estómagos estuvieran llenos nuevamente. Eventualmente, en su Evangelio, Juan va a vincular la multiplicación del pan y el pescado con la Eucaristía, mostrándonos que es realmente el propio Cuerpo y Sangre del Señor lo que nos da un alimento y una vida perfectos.
Jesús distingue el pan que rápidamente se vuelve rancio de la comida que nos ofrece. Él ha alimentado a la gente con pan y pescado, ya que su hambre física debe ser satisfecha; pero a medida que continuaron buscando aún más para comer, los invita a pensar en alimentos espirituales que satisfagan sus deseos más profundos. Él vino no solo para alimentar a las personas, sino para darles la comida de la presencia de DIΘS. Nos recuerda que, aunque necesitamos cosas materiales (porque somos, en parte, seres materiales), nuestra búsqueda debe profundizar. Hay más en la vida que satisfacer nuestras necesidades físicas. Tenemos un hambre espiritual más profunda que debemos satisfacer si queremos vivir nuestras vidas al máximo y ser uno con DIΘS y uno con nosotros mismos y con los demás.
Jesús mismo es quien nos ofrece el alimento de la vida eterna. Él solo puede satisfacer el hambre más profunda de nuestros corazones. Nuestra búsqueda debe ser dirigida hacia él. Jesús nos dice hoy: " La obra de DIΘS consiste en que crean en aquel a quien él ha enviado ". Cuando creemos esto, nuestra hambre está completamente satisfecha.
EL ACTO DE COMUNIÓN ESPIRITUAL
Oh Jesús mío,
creo que estás presente en el Santísimo Sacramento.
Te amo por encima de todas las cosas y deseo recibirte en mi alma.
Como no puedo recibirte en este momento sacramentalmente,
entra al menos espiritualmente en mi corazón.
Te abrazo como si ya estuvieras allí,
y me uno completamente a ti.
Nunca permitas que me separe de ti.
Amén.