GOSPEL John 16:12-15 Jesus said to his disciples: “I have much more to tell you, but you cannot bear it now. But when he comes, the Spirit of truth, he will guide you to all truth. He will not speak on his own, but he will speak what he hears, and will declare to you the things that are coming. He will glorify me, because he will take from what is mine and declare it to you. Everything that the Father has is mine; for this reason I told you that he will take from what is mine and declare it to you.”
HOMILY
Jesus has given us all that the Father has given him; he has held nothing back!
In yesterday’s gospel, we witnessed Jesus saying farewell to his disciples. Today, we hear him offering words of comfort and hope to keep them from falling into despair, by introducing his disciples—and by extension, us—to the great mystery of all mysteries, the Most Holy Trinity! Now, with great gentleness of spirit, Jesus feeds us slowly in this gospel passage, because he knows that we still have so much to learn about the Father, the Son, and the Holy Spirit. That’s why it’s so important for us always to keep our hearts and minds open to the truth that Jesus wants us to possess. Through the Holy Spirit we will be guided in this truth. It can be difficult in this noisy world of ours to listen to what the Spirit has to say. That’s why it is so vitally important for us to devote much time to prayer and meditation throughout the day. This commitment to time alone with GΘD will quiet our hearts and minds so that he can speak to us, just as he spoke to Elijah, the prophet, “in a still, small voice.” If we respond generously to his call to quiet ourselves, we know that Jesus will never be outdone in generosity! He has given us all that the Father has given him; he has held nothing back from us! Because of the Lord’s generosity, we now enjoy new life in the baptismal waters, nourishment from the Most Holy Eucharist, and forgiveness of sins through Confession. How often do you sit and ponder the greatness of his amazing gifts? How can you show your heartfelt appreciation? The answer is simple: By obeying the new commandment Jesus gave us to love one another as he has loved us.
Jesus has given us all that the Father has given him; he has held nothing back!
PASCUA ~ B MIÉRCOLES de la SEXTA SEMANA
EVANGELIO Juan 16, 12-15 En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Aún tengo muchas cosas que decirles, pero todavía no las pueden comprender. Pero cuando venga el Espíritu de la verdad, él los irá guiando hasta la verdad plena, porque no hablará por su cuenta, sino que dirá lo que haya oído y les anunciará las cosas que van a suceder. Él me glorificará, porque primero recibirá de mí lo que les vaya comunicando. Todo lo que tiene el Padre es mío. Por eso he dicho que tomará de lo mío y se lo comunicará a ustedes”.
HOMILÍA
Jesús nos ha dado todo lo que el Padre le ha dado a él; ¡no ha ocultado nada!
En el evangelio de ayer, fuimos testigos de cómo Jesús se despidió de sus discípulos. Hoy, lo escuchamos ofrecer palabras de consuelo y esperanza para evitar que caigan en la desesperación, al presentar a sus discípulos, y por extensión, a nosotros, el gran misterio de todos los misterios, ¡la Santísima Trinidad! Ahora, con gran mansedumbre de espíritu, Jesús nos alimenta lentamente en este pasaje del evangelio, porque sabe que todavía tenemos mucho que aprender sobre el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Por eso es tan importante para nosotros mantener siempre nuestro corazón y nuestra mente abiertos a la verdad que Jesús quiere que poseamos. A través del Espíritu Santo seremos guiados en esta verdad. En este ruidoso mundo nuestro puede resultar difícil escuchar lo que el Espíritu tiene que decir. Por eso es de vital importancia para nosotros dedicar mucho tiempo a la oración y la meditación durante todo el día. Este compromiso de pasar tiempo a solas con DIΘS calmará nuestros corazones y mentes para que él pueda hablarnos, tal como le habló a Elías, el profeta, "con una voz suave y apacible". Si respondemos generosamente a su llamado a callarnos, sabemos que Jesús nunca será superado en generosidad. Él nos ha dado todo lo que el Padre le ha dado; ¡No nos ha ocultado nada! Gracias a la generosidad del Señor, ahora disfrutamos de una nueva vida en las aguas bautismales, el alimento de la Santísima Eucaristía y el perdón de los pecados mediante la Confesión. ¿Con qué frecuencia se sienta y reflexiona sobre la grandeza de sus maravillosos dones? ¿Cómo puede mostrar su más sincero agradecimiento? La respuesta es simple: obedeciendo el mandamiento nuevo que Jesús nos dio de amarnos unos a otros como él nos amó.
Jesús nos ha dado todo lo que el Padre le ha dado a él; ¡no ha ocultado nada!