In the course of his teaching Jesus said, “Beware of the scribes, who like to go around in long robes and accept greetings in the marketplaces, seats of honor in synagogues, and places of honor at banquets. They devour the houses of widows and, as a pretext, recite lengthy prayers. They will receive a very severe condemnation.”
He sat down opposite the treasury and observed how the crowd put money into the treasury. Many rich people put in large sums. A poor widow also came and put in two small coins worth a few cents. Calling his disciples to himself, he said to them, “Amen, I say to you, this poor widow put in more than all the other contributors to the treasury. For they have all contributed from their surplus wealth, but she, from her poverty, has contributed all she had, her whole livelihood.”
HOMILY
This poor widow is a symbol of the complete sacrifice the Lord was to make on the Cross for our salvation.
The phrase widow’s mite has made its way into the English language and refers to something that seems insignificant, but which, nonetheless, displays a tremendous, even heroic, generosity of spirit. The widow in today’s Gospel gave what most of us would consider an insignificant amount to the temple treasury, but in giving that small amount, she was actually giving everything she had to live on. Jesus points her out to his disciples as an example of generosity of spirit. In fact, he often encouraged his disciples to imitate the good examples of ordinary people. It was at this particular time that Jesus was in Jerusalem and would soon enter into his Passion and Death. This poor widow is a symbol of the complete sacrifice the Lord was to make on the Cross for our salvation. She, who had almost nothing to give, was, in reality, a living image of generosity. She reminds us that there are actual saints in our midst that we may not even notice, whose generosity of spirit can be expressed in very ordinary, simple, and powerful ways. There can be times in our lives when we, too, have very little to offer. But if we are generous with what little we have, we become rich in the eyes of the Lord.
This poor widow is a symbol of the complete sacrifice the Lord was to make on the Cross for our salvation.
ACT OF SPIRITUAL COMMUNION
O my Jesus,
I believe that You are present in the Most Holy Sacrament.
I love You above all things, and I desire to receive You into my soul.
Since I cannot at this moment receive You sacramentally,
come at least spiritually into my heart.
I embrace You as if You were already there,
and I unite myself wholly to You.
Never permit me to be separated from You.
Amen.
TIEMPO ORDINARIO
SÁBADO DE LA NOVENA SEMANA ~ 2020
EVANGELIO
Marcos 12, 38-44
En aquel tiempo, enseñaba Jesús a la multitud y le decía: “¡Cuidado con los escribas! Les encanta pasearse con amplios ropajes y recibir reverencias en las calles; buscan los asientos de honor en las sinagogas y los primeros puestos en los banquetes; se echan sobre los bienes de las viudas haciendo ostentación de largos rezos. Estos recibirán un castigo muy riguroso”.
En una ocasión Jesús estaba sentado frente a las alcancías del templo, mirando cómo la gente echaba allí sus monedas. Muchos ricos daban en abundancia. En esto, se acercó una viuda pobre y echó dos moneditas de muy poco valor. Llamando entonces a sus discípulos, Jesús les dijo: “Yo les aseguro que esa pobre viuda ha echado en la alcancía más que todos. Porque los demás han echado de lo que les sobraba; pero ésta, en su pobreza ha echado todo lo que tenía para vivir”.
HOMILÍA
Esta pobre viuda es un símbolo del sacrificio completo que el Señor debía hacer en la Cruz para nuestra salvación.
La frase “widow’s mite” se ha introducido en el idioma inglés y se refiere a algo que parece insignificante, pero que, sin embargo, muestra una generosidad de espíritu tremenda, incluso heroica. La viuda en el Evangelio de hoy dio lo que la mayoría de nosotros consideraría una cantidad insignificante para el tesoro del templo, pero al dar esa pequeña cantidad, en realidad estaba dando todo lo que tenía para vivir. Jesús la señala a sus discípulos como un ejemplo de generosidad de espíritu. De hecho, a menudo animaba a sus discípulos a imitar los buenos ejemplos de la gente común. Fue en este momento en particular que Jesús estaba en Jerusalén y pronto entraría en su Pasión y Muerte. Esta pobre viuda es un símbolo del sacrificio completo que el Señor debía hacer en la Cruz para nuestra salvación. Ella, que no tenía casi nada que dar, era, en realidad, una imagen viva de generosidad. Ella nos recuerda que hay santos reales en nuestro medio que ni siquiera notamos, cuya generosidad de espíritu se puede expresar de maneras muy ordinarias, simples y poderosas. Puede haber momentos en nuestras vidas en que nosotros también tengamos muy poco que ofrecer. Pero si somos generosos con lo poco que tenemos, nos hacemos ricos a los ojos del Señor.
Esta pobre viuda es un símbolo del sacrificio completo que el Señor debía hacer en la Cruz para nuestra salvación.
EL ACTO DE COMUNIÓN ESPIRITUAL
Oh Jesús mío,
creo que estás presente en el Santísimo Sacramento.
Te amo por encima de todas las cosas y deseo recibirte en mi alma.
Como no puedo recibirte en este momento sacramentalmente,
entra al menos espiritualmente en mi corazón.
Te abrazo como si ya estuvieras allí,
y me uno completamente a ti.
Nunca permitas que me separe de ti.
Amén.