Someone in the crowd said to Jesus, “Teacher, tell my brother to share the inheritance with me.” He replied to him, “Friend, who appointed me as your judge and arbitrator?” Then he said to the crowd, “Take care to guard against all greed, for though one may be rich, one’s life does not consist of possessions.”
Then he told them a parable. “There was a rich man whose land produced a bountiful harvest. He asked himself, ‘What shall I do, for I do not have space to store my harvest?’ And he said, ‘This is what I shall do: I shall tear down my barns and build larger ones. There I shall store all my grain and other goods and I shall say to myself, “Now as for you, you have so many good things stored up for many years, rest, eat, drink, be merry!”’ But GΘD said to him, ‘You fool, this night your life will be demanded of you; and the things you have prepared, to whom will they belong?’ Thus will it be for the one who stores up treasure for himself but is not rich in what matters to GΘD.”
HOMILY
Woe to the one who stores up treasure for himself but is not rich in what matters to GΘD.
In order to feel safe in our homes, many of us have installed expensive security systems. But what about feeling safe in the interior of our lives? In addition to the trust and protection we receive from the medical and legal disciplines, many of us put our trust in money or property as a real security against the chaos in our ever-changing world. But Jesus warns against making property our main source of security. When someone asked him to intervene in a family dispute over the family inheritance, he refused to get involved. He did, however, offer this advice: The life of a person is not made secure by what he owns. It’s a sign of wisdom when we take this advice to heart. We discover a new freedom regarding ownership when it dawns on us that it’s not owning things that counts, but having things to share with others.
This is the lesson that the rich man never understood. He heaped up wealth just for the sake of wealth and all the pleasures it could buy. He stored up commodities that served no useful purpose for others. Just like Scrooge, he felt certain that he had more than enough to see him live a comfortable and secure life. But then GΘD intervened and took him from this life. Ultimately, he faced his judgment as a very poor man. In spite of owning so much, he was not rich in the eyes of GΘD. We must be detached from wealth if we are to be rich in GΘD’s sight. This calls for a generous spirit and a willingness to share what we have with others. The life of Jesus is the perfect example of this generosity. Saint Paul reminds us that, “although he was rich, yet for your sake he became poor, so that by his poverty you might become rich” (2 Corinthians 8:9).
Woe to the one who stores up treasure for himself but is not rich in what matters to GΘD.
ACT of SPIRITUAL COMMUNION
O my Jesus, I believe that You are present in the Most Holy Sacrament. I love You above all things, and I desire to receive You into my soul. Since I cannot at this moment receive You sacramentally, come at least spiritually into my heart. I embrace You as if You were already there, and I unite myself wholly to You. Never permit me to be separated from You. Amen.
TIEMPO ORDINARIO LUNES de la VEGÉSIMO NOVENO SEMANA ~ 2020
EVANGELIO
Lucas 12, 13-21
En aquel tiempo, hallándose Jesús en medio de una multitud, un hombre le dijo: “Maestro, dile a mi hermano que comparta conmigo la herencia”. Pero Jesús le contestó: “Amigo, ¿quién me ha puesto como juez en la distribución de herencias?” Y dirigiéndose a la multitud, dijo: “Eviten toda clase de avaricia, porque la vida del hombre no depende de la abundancia de los bienes que posea”.
Después les propuso esta parábola: “Un hombre rico tuvo una gran cosecha y se puso a pensar: ‘¿Qué haré, porque no tengo ya en dónde almacenar la cosecha? Ya sé lo que voy a hacer: derribaré mis graneros y construiré otros más grandes para guardar ahí mi cosecha y todo lo que tengo. Entonces podré decirme: Ya tienes bienes acumulados para muchos años; descansa, come, bebe y date a la buena vida’. Pero DIΘS le dijo: ‘¡Insensato! Esta misma noche vas a morir. ¿Para quién serán todos tus bienes?’ Lo mismo le pasa al que amontona riquezas para sí mismo y no se hace rico de lo que vale ante DIΘS”.
HOMILÍA
¡Ay del que acumula tesoros para sí mismo pero no es rico en lo que le importa a DIΘS!
Para sentirnos seguros en nuestros hogares, muchos de nosotros hemos instalado costosos sistemas de seguridad. ¿Pero qué hay de sentirnos seguros en el interior de nuestras vidas? Además de la confianza y la protección que recibimos de las disciplinas médicas y legales, muchos de nosotros ponemos nuestra confianza en el dinero o la propiedad como una seguridad real contra el caos en nuestro mundo en constante cambio. Pero Jesús advierte contra hacer de la propiedad nuestra principal fuente de seguridad. Cuando alguien le pidió que interviniera en una disputa familiar sobre la herencia familiar, se negó a involucrarse. Sin embargo, ofreció este consejo: la vida de una persona no está asegurada por lo que posee. Es una señal de sabiduría cuando tomamos en serio este consejo. Descubrimos una nueva libertad con respecto a la propiedad cuando nos damos cuenta de que no es poseer cosas lo que cuenta, sino tener cosas para compartir con los demás.
Esta es la lección que el rico nunca entendió. Acumuló riqueza solo por la riqueza y todos los placeres que podía comprar. Almacenaba artículos que no servían para nada a otros. Al igual que Scrooge, estaba seguro de que tenía más que suficiente para verlo vivir una vida cómoda y segura. Pero entonces DIΘS intervino y lo sacó de esta vida. Al final, se enfrentó a su juicio como un hombre muy pobre. A pesar de poseer tanto, no era rico a los ojos de DIΘS. Debemos estar separados de la riqueza si queremos ser ricos a los ojos de DIΘS. Esto requiere un espíritu generoso y la voluntad de compartir lo que tenemos con los demás. La vida de Jesús es el ejemplo perfecto de esta generosidad. San Pablo nos recuerda que, “aunque era rico, por vosotros se hizo pobre, para que por su pobreza vosotros os volváis ricos” (2 Corintios 8: 9).
¡Ay del que acumula tesoros para sí mismo pero no es rico en lo que le importa a DIΘS!
El ACTO de COMUNIÓN ESPIRITUAL
Oh Jesús mío, Creo que estás presente en el Santísimo Sacramento. Te amo por encima de todas las cosas y deseo recibirte en mi alma. Como no puedo recibirte en este momento sacramentalmente, entra al menos espiritualmente en mi corazón. Te abrazo como si ya estuvieras allí, y me uno completamente a ti. Nunca permitas que me separe de ti. Amén.