ORDINARY TIME ~ CYCLE B1 SATURDAY of the EIGHTH WEEK
GOSPEL Mark 11:27-33 Jesus and his disciples returned once more to Jerusalem. As he was walking in the temple area, the chief priests, the scribes, and the elders approached him and said to him, “By what authority are you doing these things? Or who gave you this authority to do them?” Jesus said to them, “I shall ask you one question. Answer me, and I will tell you by what authority I do these things. Was John’s baptism of heavenly or of human origin? Answer me.” They discussed this among themselves and said, “If we say, ‘Of heavenly origin,’ he will say, ‘Then why did you not believe him?’ But shall we say, ‘Of human origin’?”—they feared the crowd, for they all thought John really was a prophet. So they said to Jesus in reply, “We do not know.” Then Jesus said to them, “Neither shall I tell you by what authority I do these things.”
HOMILY
The Good News of the Gospel assures us that Jesus embodies the true and authentic authority of GΘD, an authority that empowers us to become what GΘD has intended for us to be.
Today’s gospel comes right after Jesus cleansed the Temple, which, by the way, was a very daring and bold thing to do. The question the religious authorities ask Jesus seems quite reasonable: “By what authority are you doing these things?” Their question, however, reveals a great deal about these men and about their understanding of authority. For them, authority means power, control, and dominion over others. But for Jesus, authority has always meant a relationship of love, like what he shares with his Father. Jesus always spoke and acted with the authority of GΘD’s love, and for those who have eyes to see and ears to hear, it is a liberating authority. We all need to be under some form of authority as a reference point in our life. The real issue is who or what will we take as our authority. The Good News of the Gospel assures us that Jesus embodies the true and authentic authority of GΘD, an authority that empowers us to become what GΘD has intended for us to be. But the Jewish authorities, because they lacked the necessary humility, were unable to recognize the truth about who Jesus was. That’s why we see them talking among themselves, looking for answers, when the Answer is standing right in front of them. Without humility, we too can be blinded by our pride and travel down a road that leads us far away from GΘD. That’s why we always need to trust Jesus, to live simple and dedicated lives, and to humbly listen and obey the authority he has placed over us.
The Good News of the Gospel assures us that Jesus embodies the true and authentic authority of GΘD, an authority that empowers us to become what GΘD has intended for us to be.
TIEMPO ORDINARIO ~ CICLO B1 SÁBADO de la OCTAVA SAMANA
EVANGELIO Marcos 11, 27-33 En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos llegaron de nuevo a Jerusalén, y mientras Jesús caminaba por el templo, se le acercaron los sumos sacerdotes, los escribas y los ancianos, y le preguntaron: “¿Con qué autoridad haces todo esto? ¿Quién te ha dado autoridad para actuar así?” Jesús les respondió: “Les voy a hacer una pregunta. Si me la contestan yo les diré con qué autoridad hago todo esto. El bautismo de Juan, ¿era cosa de DIΘS o de los hombres? Contéstenme”. Ellos se pusieron a razonar entre sí: “Si le decimos que de DIΘS, nos dirá: ‘Entonces ¿por qué no le creyeron?’, y ¿si le decimos que de los hombres?” Pero, como le tenían miedo a la multitud, pues todos consideraban a Juan como verdadero profeta, le respondieron a Jesús: “No lo sabemos”. Entonces Jesús les replicó: “Pues tampoco yo les diré con qué autoridad hago todo esto”.
HOMILÍA
Las Buenas Nuevas del Evangelio nos aseguran que Jesús encarna la verdadera y auténtica autoridad de DIΘS, una autoridad que nos da poder para convertirnos en lo que DIΘS ha querido que seamos.
El evangelio de hoy llega justo después de que Jesús limpió el templo, lo cual, por cierto, fue algo muy atrevido y audaz de hacer. La pregunta que las autoridades religiosas le hacen a Jesús parece bastante razonable: “¿Con qué autoridad haces todo estas?” Su pregunta, sin embargo, revela mucho sobre estos hombres y sobre su comprensión de la autoridad. Para ellos, autoridad significa poder, control y dominio sobre los demás. Pero para Jesús, la autoridad siempre ha significado una relación de amor, como la que comparte con su Padre. Jesús siempre habló y actuó con la autoridad del amor de DIΘS, y para aquellos que tienen ojos para ver y oídos para oír, es una autoridad liberadora. Todos necesitamos estar bajo alguna forma de autoridad como punto de referencia en nuestra vida. El verdadero problema es a quién o qué tomaremos como nuestra autoridad. Las Buenas Nuevas del Evangelio nos aseguran que Jesús encarna la verdadera y auténtica autoridad de DIΘS, una autoridad que nos da poder para convertirnos en lo que DIΘS ha querido que seamos. Pero las autoridades judías, debido a que carecían de la humildad necesaria, no pudieron reconocer la verdad sobre quién era Jesús. Es por eso que los vemos hablando entre ellos, buscando respuestas, cuando la Respuesta está justo frente a ellos. Sin humildad, nosotros también podemos ser cegados por nuestro orgullo y viajar por un camino que nos lleva lejos de DIΘS. Es por eso que siempre debemos confiar en Jesús, vivir una vida sencilla y dedicada, y escuchar y obedecer con humildad la autoridad que Él ha puesto sobre nosotros.
Las Buenas Nuevas del Evangelio nos aseguran que Jesús encarna la verdadera y auténtica autoridad de DIΘS, una autoridad que nos da poder para convertirnos en lo que DIΘS ha querido que seamos.