ORDINARY TIME ~ CYCLE B-1 WEDNESDAY of the TWELFTH WEEK
GOSPEL Matthew 7:15-20 Jesus said to his disciples: “Beware of false prophets, who come to you in sheep’s clothing, but underneath are ravenous wolves. By their fruits you will know them. Do people pick grapes from thornbushes, or figs from thistles? Just so, every good tree bears good fruit, and a rotten tree bears bad fruit. A good tree cannot bear bad fruit, nor can a rotten tree bear good fruit. Every tree that does not bear good fruit will be cut down and thrown into the fire. So by their fruits you will know them.”
HOMILY
A good tree cannot bear bad fruit, nor can a rotten tree bear good fruit. By their fruits you will know them.
False prophets have always plagued the true followers of Christ. And these days in particular, many of the Lord’s disciples are tempted to believe the false prophets of politics, Hollywood, and the internet. The poisonous fruits of these prophets are easy to see: divisiveness, confusion, loneliness, and disorientation. Many people now look for GΘD on apps like HeadSpace, or in yoga classes, while completely forgetting that he has already fully revealed himself in the Person of Jesus Christ. Today, the Lord counsels us to beware of these people, even calling them “rotten trees,” because like all false prophets, they lead us away from truth and happiness—and woe to us if we partake of their fruit. Jesus goes on to remind us that good trees bear good fruit. Spiritually speaking this is because good trees are rooted firmly in Christ and are fed by the Holy Spirit. The fruit they bear is the spiritual consequence of a life that is fully aligned with GΘD’s will for them. So if it is possible to know false prophets by their bad fruit, why are so many people still deceived by them? The answer is simple: In order to discern good fruit from bad fruit, we must have a personal and vibrant relationship with Jesus Christ. We have to commit ourselves to reading and studying Scripture, and to praying every single day. Then, as we draw closer to Christ, he gives us spiritual tools to discern good fruit from bad fruit. As we grow in holiness, not only do we begin to recognize good fruit from bad, but we actually start to bear good fruit of our own, such as forgiveness, humility, chastity, love, mercy, and self-control.
A good tree cannot bear bad fruit, nor can a rotten tree bear good fruit. By their fruits you will know them.
TIEMPO ORDINARIO ~ CICLO B-1 MIÉRCOLES de la DUODÉCIMA SAMANA
EVANGELIO Mateo 7, 15-20 En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Cuidado con los falsos profetas. Se acercan a ustedes disfrazados de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces. Por sus frutos los conocerán. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos o higos de los cardos? Todo árbol bueno da frutos buenos y el árbol malo da frutos malos. Un árbol bueno no puede producir frutos malos y un árbol malo no puede producir frutos buenos. Todo árbol que no produce frutos buenos es cortado y arrojado al fuego. Así que por sus frutos los conocerán”.
HOMILÍA
Un árbol bueno no puede producir frutos malos y un árbol malo no puede producir frutos buenos. Así que por sus frutos los conocerán.
Los falsos profetas siempre han plagado a los verdaderos seguidores de Cristo. Y en estos días en particular, muchos de los discípulos del Señor están tentados a creer en los falsos profetas de la política, Hollywood e Internet. Los frutos venenosos de estos profetas son fáciles de ver: división, confusión, soledad y desorientación. Muchas personas ahora buscan a DIΘS en aplicaciones como HeadSpace o en clases de yoga, mientras olvidan por completo que ya se ha revelado completamente en la Persona de Jesucristo. Hoy, el Señor nos aconseja que tengamos cuidado con estas personas, incluso llamándolas “árboles podridos”, porque como todos los falsos profetas, nos alejan de la verdad y la felicidad, y ¡ay de nosotros si participamos de su fruto! Jesús continúa recordándonos que los buenos árboles dan buenos frutos. Hablando espiritualmente, esto se debe a que los buenos árboles están firmemente arraigados en Cristo y son alimentados por el Espíritu Santo. El fruto que dan es la consecuencia espiritual de una vida que está totalmente alineada con la voluntad de DIΘS para ellos. Entonces, si es posible conocer a los falsos profetas por sus malos frutos, ¿por qué todavía engañan a tanta gente? La respuesta es simple: para discernir el buen fruto del mal fruto, debemos tener una relación personal y vibrante con Jesucristo. Tenemos que comprometernos a leer y estudiar las Escrituras y a orar todos los días. Luego, a medida que nos acercamos a Cristo, él nos da herramientas espirituales para discernir el buen fruto del mal fruto. A medida que crecemos en santidad, no solo comenzamos a reconocer los buenos frutos de los malos, sino que en realidad comenzamos a dar buenos frutos propios, como el perdón, la humildad, la castidad, el amor, la misericordia y el dominio propio.
Un árbol bueno no puede producir frutos malos y un árbol malo no puede producir frutos buenos. Así que por sus frutos los conocerán.