ORDINARY TIME ~ CYCLE B-1 TUESDAY of the TWENTY-NINTH WEEK
GOSPEL Luke 12:35-38 Jesus said to his disciples: “Gird your loins and light your lamps and be like servants who await their master’s return from a wedding, ready to open immediately when he comes and knocks. Blessed are those servants whom the master finds vigilant on his arrival. Amen, I say to you, he will gird himself, have them recline at table, and proceed to wait on them. And should he come in the second or third watch and find them prepared in this way, blessed are those servants.”
HOMILY
Blessed are those servants whom the master finds vigilant on his arrival. Amen, I say to you, he will gird himself, have them recline at table, and proceed to wait on them.
In today’s brief gospel passage, Jesus uses three words to describe how we should live our lives during this in-between time, i.e., between his first coming at Bethlehem and his second coming at the end of human history. These three words are: ready, vigilant, and prepared. But what exactly do these words really mean to us? First, we need to understand that Jesus is our Master who will come back soon, and at a time no one knows, except the Father, so we definitely need to be vigilant, ready, and prepared. Second, because we are the Lord’s servants, we have been entrusted with the care and maintenance of his Kingdom here on earth. Finally, we must realize that our lives are a gift from GΘD, and that we belong to him. He entrusted us with this precious gift of life and expects us to do something great with it for the glory of GΘD. If we squander this gift by wasting our lives focusing on trivial matters, we run the risk of losing this precious gift. But if we continue to be ready, vigilant, and prepared, we prove to our Master that we are indeed good and faithful servants. And upon his return, we will enter into his joy, and he will rejoice with us and in us, and all our deepest desires will be satisfied far beyond our wildest imagination.
Blessed are those servants whom the master finds vigilant on his arrival. Amen, I say to you, he will gird himself, have them recline at table, and proceed to wait on them.
TIEMPO ORDINARIO ~ CICLO B-1 MARTES de la VIGÉSIMA NOVENA SAMANA
EVANGELIO Lucas 12, 35-38 En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Estén listos, con la túnica puesta y las lámparas encendidas. Sean semejantes a los criados que están esperando a que su señor regrese de la boda, para abrirle en cuanto llegue y toque. Dichosos aquellos a quienes su señor, al llegar, encuentre en vela. Yo les aseguro que se recogerá la túnica, los hará sentar a la mesa y él mismo les servirá. Y si llega a medianoche o a la madrugada y los encuentra en vela, dichosos ellos”.
HOMILÍA
Dichosos aquellos a quienes su señor, al llegar, encuentre en vela. Yo les aseguro que se recogerá la túnica, los hará sentar a la mesa y él mismo les servirá.
En el breve pasaje del evangelio de hoy, Jesús usa tres palabras para describir cómo debemos vivir nuestras vidas durante este tiempo intermedio, es decir, entre su primera venida a Belén y su segunda venida al final de la historia humana. Estas tres palabras son: listo, vigilante y preparado. Pero, ¿qué significan exactamente estas palabras para nosotros? Primero, debemos entender que Jesús es nuestro Maestro que regresará pronto, y en un momento que nadie conoce, excepto el Padre, por lo que definitivamente debemos estar atentos, listos y preparados. En segundo lugar, debido a que somos siervos del Señor, se nos ha confiado el cuidado y mantenimiento de su Reino aquí en la tierra. Finalmente, debemos darnos cuenta de que nuestras vidas son un regalo de DIΘS y que le pertenecemos. Él nos confió este precioso regalo de la vida y espera que hagamos algo grandioso con él para la gloria de DIΘS. Si desperdiciamos este regalo desperdiciando nuestras vidas enfocándonos en asuntos triviales, corremos el riesgo de perder este precioso regalo. Pero si seguimos listos, vigilantes y preparados, le demostramos a nuestro Maestro que en verdad somos buenos y fieles servidores. Y a su regreso, entraremos en su gozo, y él se regocijará con nosotros y en nosotros, y todos nuestros deseos más profundos serán satisfechos más allá de nuestra imaginación más salvaje.
Dichosos aquellos a quienes su señor, al llegar, encuentre en vela. Yo les aseguro que se recogerá la túnica, los hará sentar a la mesa y él mismo les servirá.