ORDINARY TIME ~ CYCLE B-1 TUESDAY of the TWELFTH WEEK
GOSPEL Matthew 7:6, 12-14 Jesus said to his disciples: “Do not give what is holy to dogs, or throw your pearls before swine, lest they trample them underfoot, and turn and tear you to pieces.
“Do to others whatever you would have them do to you. This is the Law and the Prophets.
“Enter through the narrow gate; for the gate is wide and the road broad that leads to destruction, and those who enter through it are many. How narrow the gate and constricted the road that leads to life. And those who find it are few.”
HOMILY
Do to others whatever you would have them do to you. This is the Law and the Prophets.
When Jesus commands us to “Do to others whatever you would have them do to you. This is the Law and the Prophets,” he is actually borrowing, and then enhancing, a commandment in use among the rabbis at that time. Their version was, “Do not do to others what you would not want them to do to you.” Notice that this is framed in the negative—do not do—while the Lord alters it by using the positive. Still, the basic message in both versions is the same: every person is worthy of dignity and respect. In other words, we cannot treat other people as if they were less important or less worthy than us. We are required by the Lord himself to see others as brothers and sisters, as fellow human beings and companions who share our same dignity. Therefore, the way we treat them must flow from that realization. But because Jesus uses a version of the Golden Rule that is framed in the positive, he adds an important dimension that is absent in the negative version. Specifically, when we do to others whatever we would have them do to us, we keep our eyes open for opportunities to serve, to encourage, and to support them. We actually seek opportunities to make a positive impact in the lives of others. The negative version is more limited, encouraging us to avoid causing others damage or putting obstacles in their path. Jesus invites us not only to avoid causing harm, but to be creative in our service to others. This is an essential element in our Christian identity, because love is always looking for ways to build up, help, serve, improve, and beautify the lives of others. If every Christian simply lived this one commandment to the fullest, just imagine how different the world would be.
Do to others whatever you would have them do to you. This is the Law and the Prophets.
TIEMPO ORDINARIO ~ CICLO B-1 MARTES de la DUODÉCIMA SAMANA
EVANGELIO Mateo 7, 6. 12-14 En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “No den a los perros las cosas santas ni echen sus perlas a los cerdos, no sea que las pisoteen y después se vuelvan contra ustedes y los despedacen.
Traten a los demás como quieren que ellos los traten a ustedes. En esto se resumen la ley y los profetas.
Entren por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta y amplio el camino que conduce a la perdición, y son muchos los que entran por él. Pero ¡qué estrecha es la puerta y qué angosto el camino que conduce a la vida, y qué pocos son los que lo encuentran!”
HOMILÍA
Traten a los demás como quieren que ellos los traten a ustedes. En esto se resumen la ley y los profetas.
Cuando Jesús nos ordena “Haz a los demás lo que quieras que te hagan a ti. Esta es la Ley y los Profetas ”, en realidad está tomando prestado, y luego realzando, un mandamiento en uso entre los rabinos en ese momento. Su versión era: "No hagas a los demás lo que no te gustaría que te hicieran a ti". Note que esto está enmarcado en lo negativo — no lo haga — mientras que el Señor lo altera usando lo positivo. Aún así, el mensaje básico en ambas versiones es el mismo: toda persona es digna de dignidad y respeto. En otras palabras, no podemos tratar a otras personas como si fueran menos importantes o menos dignas que nosotros. El Señor mismo nos exige que veamos a los demás como hermanos y hermanas, como seres humanos y compañeros que comparten nuestra misma dignidad. Por lo tanto, la forma en que los tratamos debe surgir de esa comprensión. Pero debido a que Jesús usa una versión de la Regla de Oro que está enmarcada en lo positivo, agrega una dimensión importante que está ausente en la versión negativa. Específicamente, cuando les hacemos a los demás lo que quisiéramos que nos hicieran, mantenemos nuestros ojos abiertos a las oportunidades de servir, animarlos y apoyarlos. De hecho, buscamos oportunidades para generar un impacto positivo en la vida de los demás. La versión negativa es más limitada, animándonos a evitar causar daños a otros o poner obstáculos en su camino. Jesús nos invita no solo a evitar causar daño, sino a ser creativos en nuestro servicio a los demás. Este es un elemento esencial en nuestra identidad cristiana, porque el amor siempre busca formas de edificar, ayudar, servir, mejorar y embellecer la vida de los demás. Si cada cristiano simplemente viviera este mandamiento al máximo, imagínense cuán diferente sería el mundo.
Traten a los demás como quieren que ellos los traten a ustedes. En esto se resumen la ley y los profetas.